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Lin Tang sentía la mirada de su madre posarse sobre ella de vez en cuando.
Se tocó la nariz, y luego bajó la mirada.
Su comportamiento se volvió mucho más contenido.
Al verlo, los sentimientos de Li Xiuli eran un enredo complejo.
El interés por alguien no es algo que puedas ocultar si lo deseas.
Siempre había dicho que su hija solo podría tener citas después de cumplir veinte.
Eso habría sido cierto si Lin Tang hubiera ido a la universidad.
Pero ahora, Tangtang estaba trabajando, y el asunto de las citas ya debería haber estado en la agenda.
No miraba cómo las mujeres del pueblo venían a su casa todos los días, casi aplastando el umbral.
Había despedido a esas personas con la excusa de que su hija aún era demasiado joven.
Ahora, al ver a Lin Tang aparentemente habiéndole tomado cariño a alguien, Li Xiuli estaba tanto conmocionada como sorprendida.
En la charla ociosa que siguió, estaba algo distraída.
