A pocos pasos de distancia.
Lin Tang observaba, atónita, cómo su padre engañaba a su tercer hermano hasta dejarlo cojo. Se frotaba la frente, su expresión era una mezcla de risa y lágrimas.
Antes de que pudiera reaccionar, Zhou Mei le agarró el brazo emocionada.
—Tangtang, la Fábrica de Salsas está a punto de abrir oficialmente, y tu segundo hermano y yo pronto nos convertiremos en trabajadores temporales. Es maravilloso; finalmente he esperado hasta este momento. Nunca pensé que yo, Zhou Mei, vería este día: casarme con la Familia Lin ha sido una bendición...
Siempre se dice que las mujeres tienen dos oportunidades de renacer: una en su familia de nacimiento y otra cuando se casan. Afortunadamente, ¡su elección fue acertada!
Lin Tang dijo con una sonrisa:
—Mmm, cuñada, estás a punto de ser trabajadora.
Podía entender completamente la emoción de su cuñada.
¿Quién querría ser agricultor pudiendo ser trabajador?
Zhou Mei corrigió: