—Él me acusó falsamente de empezar la pelea, alegando que no había hecho nada y que estaba comiendo wontones inocentemente —decía que yo solo lo estaba molestando y terminé golpeándolo. Pretendía demandarme en la Oficina de Gobierno del Condado, acusándome de un crimen y haciendo que pagara una compensación para resolver el asunto.
—Al oír esto, reclamé mi inocencia, diciendo que solo tomé medidas porque él estaba acosando a otros. Pero entonces la Oficina de Gobierno del Condado interrogó al anciano que poseía el puesto de wontones y a su nieta. Sorprendentemente, ambos negaron el acoso, afirmando que era solo yo quien estaba causando problemas en el puesto de wontones.
—Al final, me golpearon y me multaron con diez taeles de plata. Nosotros tres hermanos juntamos todo el dinero que teníamos e incluso tuvimos que vender la casa que nuestros padres nos dejaron en nuestra ciudad natal y pedir prestada algo de plata para pagar esta deuda.
