—Señorita Ning, realmente estoy desesperada. Si mi familia estuviera manejando, no habría recurrido a una acción tan baja... Por favor, tía suplica por tu misericordia, perdóname esta vez, te lo ruego.
—Robar el caldo marinado de mi tienda y venderlo a otros es un error. Y por cada error, uno debe enfrentar las consecuencias.
—Por la parte que la Tía Qian ha trabajado en el taller de tofu durante tanto tiempo, no te voy a pedir ninguna compensación. El Tío Jefe del Pueblo está afuera. Ha escuchado cada palabra que hemos dicho y más tarde te llevará a encontrarte con el Señor Ding, el Magistrado del Condado. Todo el asunto será investigado a fondo y el resultado será lo que las leyes estipulen.
—Sin embargo, no deberías venir a trabajar aquí nunca más.