Chu Jinnian estaba asistiendo al Cuarto Príncipe, sin embargo, el Señor Wei no estaba de su lado. Mientras competían entre sí, Chu Jinnian y el Cuarto Príncipe naturalmente veían al Señor Wei como una espina en el ojo. Él trabajaba para el Señor Wei, y aunque no era su confidente, de hecho servía como su verdadero secuaz y sabía acerca de algunos de sus asuntos.
Chu Jinnian quería saber acerca de estos asuntos.
—¿Quieres decir... —La voz de Du Yingwei era algo ronca.
—No puedo perdonar tu vida, cosechas lo que siembras. A lo sumo, puedo dejar tu cuerpo intacto para el entierro en casa —dijo Chu Jinnian—. Pero puedo prometerte perdonar las vidas de tu esposa, hijos, padres y tu entera familia de treinta y dos, y no solo eso, también podrán vivir sin preocupaciones acerca de su comida y vestimenta.
—En cuanto a lo que quiero que hagas...
—Ya lo he dicho, el Magistrado Du es una persona inteligente. Deberías entender lo que quiero que hagas.
Du Yingwei ciertamente entendió.
