Sus ojos y rostro estaban llenos de una risa intensa.
Mientras Zhuang Qingning estaba fuera de sí de alegría aquí, alguien más se angustiaba en otro lugar.
Esa persona no era otra que el gerente de la tienda de té de Feng, Feng Ershu.
Desde el día en que Zhuang Qingning visitó su tienda, Feng Ershu se llenó de inquietud. Estaba seguro de que Zhuang Qingning entendía completamente la situación, razón por la cual había ido a causar alboroto.
Feng Ershu temía que Zhuang Qingning estuviera intentando sacar a la serpiente de su agujero y atraparlo in fraganti mientras él buscaba a la señora Bai. Estaba algo nervioso, temeroso de tomar cualquier acción precipitada, y no se atrevía a revelar ninguna conexión con la señora Bai. En cambio, esperaba a ver qué sucedería al día siguiente.
Cuando Xiao Liuzi fue a la tienda de tofu como de costumbre a armar un escándalo al segundo día, Feng Ershu tuvo un poco de paz mental.