Para demostrar su sinceridad, Zhuang Qingning levantó el pequeño jarrón de porcelana que tenía en la mano y dijo:
—Mira, este es. Ya está vacío.
El Doctor Shi tomó el pequeñito jarrón de porcelana y lo examinó cuidadosamente, encontrándolo efectivamente vacío. Lo olió varias veces, pero no pudo detectar ninguna pista de hierbas. Sin otra opción, devolvió el jarrón a Zhuang Qingning y suspiró profundamente.
—Ah —dijo con pesar—, es una lástima. Yo tenía la esperanza de que si había algún buen remedio, pudiera beneficiarme como una nueva opción de tratamiento en mi trabajo. También sería una forma de acumular mérito.
—Qué pena... Qué pena... —El Doctor Shi negó con la cabeza decepcionado una y otra vez.
Zhuang Qingning solo pudo encogerse de hombros impotente.
No era que ella fuera tacaña, es solo que las cosas que intercambiaba del sistema solo podían ser usadas por ella, así que no había otra elección.