—Debe haber sido por llorar mucho en los últimos dos días —Los ojos de Zhang Qiuyue todavía estaban hinchados, pareciendo un par de albaricoques maduros, y los bordes de sus ojos estaban rojos—. Pero al ver a Zhuang Qingning y a su hermana, forzó una sonrisa:
— Hermana Mayor Ning, Hermana Sui.
—Dejen que les prepare un té para ambas.
—No necesitan molestarse por nosotras, he venido para ver al Tío —Zhuang Qingning rápidamente detuvo a Zhang Qiuyue—. Considerando los días difíciles que probablemente vendrían, era mejor guardar el té para aquellos que más lo necesitaran.
—¿En qué habitación está el Tío?
—Está en la habitación del este, vengan conmigo —Zhang Qiuyue instruyó a Zhang Qiuying para que ordenase las verduras y pensara en qué cocinar—. Luego llevó a Zhuang Qingning y a Zhuang Qingsui dentro de la casa.
La habitación estaba un poco oscura. En ese momento, Zhang Xiangrong estaba acostado en la cama, luchando por levantarse cuando oyó algo de movimiento.
