—No hay dudas sobre este caso, la evidencia es irrefutable y no hay espacio para contraargumentos.
Xu Zhengping interrumpió las palabras de Ding Gaochang.
Al ver su expresión atónita, hizo una pausa antes de continuar —Hermano Gaochang, este caso no es algo con lo que tú y yo debamos meternos. Ya he informado la verdad al Maestro Chu, y él ha acordado continuar con la investigación. No es necesario que nos involucremos más.
—Dado que tú y yo estamos impotentes, y la gente común ha estado inquieta debido al reciente caso de asesinato, incluso hay rumores de que un espíritu maligno está buscando vidas en el condado. En lugar de dejar que la situación se descontrole, es mejor cerrar el caso según los deseos del Maestro Chu, y la gente podría recuperar algo de paz.
Ding Gaochang se quedó en silencio.
Aunque solo era un magistrado del condado, tenía familiares que ocupaban cargos en Pekín y había escuchado mucho sobre las luchas de poder y los medios inescrupulosos.