—Todo lo que se necesitó para que Slater cambiara completamente su actitud hacia el evento de hoy fue una tarjeta de acceso a chocolate. Desde entonces, ha participado activamente en las reuniones con ambas familias. La Sra. Mayor Pierson felizmente indulgía con él. A su insistencia, animó al resto de la familia a revisar sus regalos también.
—Normalmente, no abrirían los regalos frente a la persona que los había dado, pero la Sra. Mayor Pierson quería ver sus reacciones. Tenía más en reserva si no les gustaban.
—Soy vieja... —La Sra. Mayor Pierson sonrió felizmente, viendo a todos abrir sus regalos—. ... al menos, de esta manera, incluso si lo inevitable sucede, sé que alguien cuidará de mi Renren. Y que él no estará triste.