Tal como prometió, Hugo le contó a Penny por qué Zoren había estado allí esa noche y que estaba preocupado por su seguridad. Compartió todo lo que sabía, mientras Penny escuchaba atentamente.
—Me dijiste que no sospechaban de mí en la base —fue lo primero que se le escapó de la boca, con los ojos fijos en Hugo. Él seguía en el sofá mientras ella se reclinaba en la cama del hospital.
Hugo se encogió de hombros. —Si te hubiera dicho eso, no estaría calificado para esta misión. Solo me permiten seguir involucrado porque confían en mí.
—Segundo Hermano, ¿qué harías si acabara convirtiéndome en una persona sospechosa? —preguntó ella, frunciendo el ceño cuando él se encogió de hombros nuevamente. —¿No me dirás que lo encubrirías?
—Eres mi hermana —respondió sin vacilar. —Ya te lo he dicho antes: tu gente es mi gente. Eso también te incluye a ti.