Mientras tanto, en el salón de la Mansión Bennet, Charles estaba sentado en un sillón individual de cuero. A su derecha estaba Haines, con Atlas a su lado, y a su izquierda se sentaba Zoren Pierson.
La tensión se cernía en el aire, densa y palpable. Nadie habló durante un momento. Sus expresiones eran sombrías, especialmente la de Atlas. Zoren, sin embargo, mantenía una compostura digna y serena.
Los problemas actuales sobre la mesa eran: el matrimonio de Penny, la historia detrás de la disolución de su compromiso con la familia Ito, las travesías ebrias de Penny y la solicitud de Zoren de llevarla a casa con él.
Era mucho para procesar, y Charles y Haines no sabían por dónde empezar. Ni siquiera estaban seguros de qué emoción debería dominar sus corazones, dado que todo les había sido lanzado de una vez.
—Me disculpo por cómo se disolvió el compromiso —finalmente rompió el silencio Atlas después de varios minutos largos—. No voy a poner excusas. Asumo toda la responsabilidad.