Media hora más tarde...
—¡Espera, Renren! —Penny agarró el brazo de Zoren para detenerlo de subir al coche.
Él se detuvo, mirando su mano, y luego a sus ojos. —¿Sí?
—Jeje. —Penny se rió por lo bajo, levantando sus cejas. —¿Estás seguro de que vas a conocer a mi hermano mayor?
Zoren asintió. —¿Estás segura de que no quieres venir?
Penny apretó sus labios, forzando una sonrisa. Dudó, tentada de decirle que, aunque Atlas no era un luchador como Hugo, sus palabras podrían ser más afiladas que una daga. Pero viendo la determinación en los ojos de Zoren, no tuvo el corazón para detenerlo. ¡Además, ella creía en él!
—No importa —dijo ella, soltando su brazo y dando un paso atrás—. Cuídate en el camino. Avísame si ustedes discuten algo importante.
—Mhm. —Zoren dio una sutil sonrisa y asintió antes de subirse al asiento trasero del coche.