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La jornada de Penny y Renny hacia la residencia principal estuvo lejos de ser tranquila. En el camino, se encontraron con personas decididas a detenerlos, tratándolos como enemigos que necesitaban ser capturados y enfrentándolos en combate.
Penny y Renny respondieron a esta hostilidad con igual fervor.
—¡Blacky! —gritó Penny mientras la pantera negra saltaba en acción, enfrentando a sus enemigos.
Mientras tanto, Penny se enfrentaba a cuatro hombres a la vez.
La comisura de su boca se torció en una sonrisa, sus ojos brillaron mientras escaneaba sus rostros sombríos. Su mirada se detuvo brevemente en los hombres que ya había derribado. Todos estaban esparcidos justo detrás de los hombres que estaban de pie frente a ella.
—Qué molestia —murmuró, estirando su cuello de lado a lado. Luego apretó sus puños y los levantó frente a ella, separando ligeramente sus piernas y moviendo su pie hacia adelante.
Una vez que estaba en una postura de combate adecuada, anunció: