El día pasó en un abrir y cerrar de ojos. Afortunadamente, Penny no tuvo que lidiar con ningún evento dramático o importante por el resto del día —fue pacífico, tal como debería ser.
Mientras estiraba los brazos, escuchó sonar su teléfono.
¡DING!
—¿Hmm? —sus cejas se elevaron mientras alcanzaba su teléfono para comprobar la notificación—. Es Primer Hermano.
Penny revisó el mensaje que Atlas había enviado. Solo era la dirección de un restaurante y la hora de su reserva. Se formaron líneas profundas entre sus cejas mientras releía el mensaje.
—¿Es esta su forma de invitarme a cenar? —se preguntó en voz alta, recordando cómo Atlas había preguntado por su horario anteriormente.
Apoyada en su silla giratoria, se encogió de hombros. —Supongo que quiere hablar de negocios.
Con ese pensamiento, Penny respondió rápidamente.
[Para: Primer Hermano]
Entendido.