—Solo hay un Zoren Pierson en la Familia Pierson, señor Bennet, y actualmente es el jefe de la familia. Él quiere que usted sea su invitado especial en la celebración anual de la Corporación Pierson.
El presidente tropezó hacia atrás en su asiento, mirando a Atlas con los ojos muy abiertos. Incluso Sven sintió ganas de caer al suelo, su corazón se hundía.
—Los Pierson... Zoren Pierson... —murmuró Sven, su mente daba vueltas mientras todas sus estrategias se desintegraban ante sus ojos.
Una invitación dorada no era solo un color; era un símbolo del más alto respeto del jefe de la Corporación Pierson. Esta tarjeta dorada no había aparecido en años porque la Familia Pierson nunca consideraba a nadie igual o superior a ellos.
Pero ahora, Zoren Pierson había enviado a su propio hombre de confianza para entregar esta tarjeta, como un emperador que invita a una pequeña familia noble a su palacio imperial.