—¿Por qué estás tan asustada? —preguntó, intentando igualar su ritmo mientras aseguraba su agarre en su mano.
—Me escapé.
—¿Eh?
—¡Me dijo que me acostara, pero hui! —exclamó, al ver algo de luz al final de la calle detrás de ellos—. ¡Mierda! ¡Nos va a ver!
Un oleada de pánico se hinchó en su pecho, sabiendo que había enfadado a Atlas esta noche. Mirando adelante, sus ojos temblaban mientras buscaban un lugar donde pudieran esconderse. Si fuera solo ella, sabía que podría esconderse en cualquier lugar. ¡Pero ahora eran cuatro: Penny, Zoren, Chunchun y Renny!
Ella y Chunchun podrían esconderse fácilmente, pero con un hombre alto como Zoren y un gato grande como Renny, necesitaban más cobertura.
—¡Allí! —exclamó, acelerando el paso y apretando su mano.
Penny corría más rápido, y para Zoren, que no estaba acostumbrado a este tipo de ejercicio, era abrumador. Aun así, igualaba su ritmo en silencio.