—¡Penny! —Las orejas de Zoren se alzaron ligeramente cuando escuchó la voz de Ray fuera del comedor privado. Arqueó una ceja, escuchando a Ray hablar con alguien.
—¿Penny? —susurró, entrecerrando los ojos, una extraña premonición apoderándose de él. Cuando finalmente escuchó la voz de Penny, Zoren se recostó al darse cuenta de algo.
—No creo que sea destino, Ray. Es definitivamente mala suerte.
—Así que, la mujer a quien ha estado cortejando tan descaradamente... —Zoren pasó su lengua por su mejilla por dentro, golpeando la mesa con la punta de su dedo. Nadie podría decir en qué estaba pensando mientras escuchaba a escondidas la conversación en el pasillo.