Para alguien del calibre de Zoren Pierson, Penny tenía algunas suposiciones sobre dónde podría llevarla. Una cena elegante parecía inevitable, pero no estaba segura de lo que podrían hacer antes. ¿Quizá una cita en un yate o una visita a un museo? ¿Quizá una ronda de golf o una simple salida por la ciudad?
Aunque Penny nunca había tenido una cita así, tenía sus propias ideas.
Todas sus suposiciones, sin embargo, estaban equivocadas.
De pie frente a las amplias puertas del parque de atracciones más grande de Anteca, su boca se abrió de asombro.
—¿Un parque de atracciones? —pensó, mirando a Zoren con incredulidad—. ¿Escogiste un parque de atracciones para nuestra primera cita?
—¿Hay algo malo en eso? —preguntó él, inclinando la cabeza—. Tengo algunos planes de respaldo si este lugar no es de tu agrado.