—¡Kyaaaaah!
El grito agudo y penetrante de una sirvienta resonó, añadiendo una capa de pavor a la noche tranquila. Los corazones de todos saltaron de sus pechos cuando vieron a Renny saltar hacia Penny. Contuvieron la respiración y sus rostros se drenaron de color.
¡Thud!
Penny cayó hacia atrás con un fuerte golpe, y el gran gato se cernía sobre ella.
—¡Ah! —un grito fuerte escapó de Penny, haciendo que todos se estremecieran de miedo.
Todo el mundo sabía de la ferocidad de Renny. Incluso los sirvientes no podían acercarse o entrar en su proximidad. El pantera negra era rápido, y antes de que nadie se diera cuenta, ya estaba cerca. La gente nunca se atrevía a caminar por las áreas rojas de la casa donde rondaba este gato negro.