Cuando Penny llegó a la mansión, su familia ya la estaba esperando a ella y a Chunchun. Verlos girar la cabeza en su dirección y sonreírle con calidez la hizo sentir segura. Ella les sonrió de vuelta, aunque por alguna razón, su corazón se sentía más pesado.
Miau.
Penny levantó las cejas y miró hacia abajo a Chunchun. Sin decir una palabra, soltó a su gato y lo dejó caminar hacia Hugo.
—Feliz cumpleaños, Chunchun~ —Hugo lo saludó cálidamente mientras levantaba al gato en sus brazos.
—Penny, ¿qué clase de paseo hiciste? —Slater rápidamente intervino, con las manos en las caderas, impaciencia en sus ojos—. ¡Pareció un maratón y no solo una caminata!
Atlas se tiró del lóbulo de la oreja, encontrando la voz de Slater más molesta hoy.
—¡Slater, cállate! —expresó Charles, explicando por qué Atlas no se molestó en decir una palabra.