—¿Renren?
Thump… thump… thump…
El corazón de Penny latía lento pero fuerte contra su pecho, sus ojos fijos en el hombre sentado en la silla de acampar.
—¿Qué día es hoy? —se preguntaba, recordando la fecha que había visto brevemente mientras hacía algo de arte en la pizarra del menú en la casa de Mamá.
Era jueves.
Penny sintió un nudo en la garganta y, aunque tragó, permaneció allí. Sus ojos temblaban ligeramente mientras una fina capa de lágrimas los recubría.
Ahora que lo pensaba, ¿qué día era cuando vio a este hombre aquí mientras ella conducía? Aunque en ese momento, él estaba un poco más lejos del punto de encuentro, aún estaba en la misma calle.
Penny se quedó congelada en el lugar, tratando de manejar qué emoción la dominaba en ese momento. Al mismo tiempo, su mente le recordaba rápidamente las similitudes entre Renren y Zoren.
Ambos parecían estar a un tosido de cruzar al más allá.
Habían estado enfermos toda su vida.