Los días habían pasado en un abrir y cerrar de ojos.
La primera semana de Penny en casa fue bastante movida con cosas al azar. Hubo días en que Hugo o Slater la emboscarían —especialmente Slater— en busca de un poco de atención. Aparte de eso, no hubo nada significativo, ya que Penny se encontraba ocupada preparando su oficina y también ayudando a la sucursal principal para que pudieran desplegar a los hombres que necesitaba para sus nuevos clientes.
Por esta razón, no pensó mucho cuando no volvió a tener noticias de Zoren.
—A ver, Penny, ¿irás? —sentada en el verde paisaje de la mansión después de correr por la mañana con Hugo, la voz de este último la trajo de vuelta al momento presente. Penny miró hacia arriba con Chunchun en sus brazos.
—¿Eh? —murmuró ella—. ¿Ir dónde, Segundo Hermano?