—¡Teniente! —Un soldado saludó a Hugo mientras este último se paraba ante él.
—Descansen —Hugo inclinó ligeramente su barbilla—. Disfruten su descanso.
El teniente firme y estricto que el soldado conocía se suavizó un poco en cuanto aterrizaron en el país. El soldado soltó un suspiro leve y lo siguió.
—Señor, ¿sus hermanos lo vendrán a recoger?
—Hugo balanceó su cabeza—. Deben estar emocionados por verme. Después de todo, no los había visto en mucho tiempo.
—Realmente tienen una buena relación, ¿eh? —el soldado estaba impresionado.
Aunque Hugo era uno de los mejores y más serios en la base, se relajaba siempre que hablaba de su familia. No es que los otros soldados no valoraran a sus familias. Después de todo, los soldados se iban a servir al país por aquellos que dejaban atrás.
Simplemente se sentía raro ver el otro lado de Hugo.
—Mis hermanos me quieren mucho —Hugo afirmó con calma—. Si los ves llorar, ignóralos.
—El soldado asintió—. ¡Sí, señor!