Japón: 2:00 PM
En una tradicional habitación Shoin japonesa, hombres vestidos de traje se sentaban silenciosamente en el suelo, uno frente al otro. La tensión impregnaba el aire mientras el silencio reinaba en la sala. Entre los hombres estaba Haines.
Haines, ahora de 51 años, levantó la taza de té hasta su boca.
—Haines, ¿estás seguro de que te vas? —preguntó el hombre sentado frente a él. El hombre parecía mayor que Haines, pero su corpulenta figura era indicativo suficiente de que su edad nunca fue un problema.
—Penny quiere expandirse, y hace mucho tiempo que no visito nuestra casa familiar —respondió Haines con calma—. Wild, es hora de dejarla ser. Penny es lo suficientemente mayor como para casarse…
—¡NUNCA! —Wild y el resto de los hombres gritaron al unísono, pero Haines solo se rió como respuesta.