—Tch —Max soltó una risita y estaba a punto de esquivarlo, solo para captar la sonrisa burlona en el rostro de Hugo. Esta breve distracción abrió una oportunidad para el equipo de baloncesto de la escuela de robarle el balón. —¡Mierda!
—¡Dos puntos para el equipo de baloncesto de la escuela!
—¡Kyahhh!!!
—¡Bien hecho! ¡Solo faltan cinco puntos más!
—¡Hugo, te amo!!!!! ¡Cásate conmigo después de este partido!
—¡Kyaaaah!
Los aplausos de la multitud estallaron en la cancha, esta vez, más salvajes que nunca. Incluso aquellos que no estaban interesados en los deportes no pudieron evitar sentirse emocionados por la intensa batalla entre los equipos, especialmente entre Hugo y Max. Ambos eran increíbles a su manera hasta el punto de que estaban inspirando a más personas a interesarse por el deporte.
Seguramente, justo después de este partido, sus clubes de fans crecerían más que nunca.