De camino a casa, Jessa y Allison iban calladas en el asiento trasero.
—¡Eso es! —Jessa rompió el silencio cuando ya no pudo soportarlo más—. Dilo.
Se enfrentó a Allison, quien le había estado lanzando esas miradas desde que se sentaron en el coche.
—Ehm —Allison se aclaró la garganta, un poco intimidada por la posibilidad de que Jessa le agarrara del pelo. Nadie podría culparla. Jessa realmente desprendía esa energía—. Gracias.
—Pensé que ibas a decir, 'No tenías que hacer eso'.
—Estaba planeando hacerlo, pero pensé que te enfadarías si lo hacía.
—¡Hmp! Al menos ya lo sabes —Jessa cruzó de brazos—. Por cierto, ¿así es como dejas que la gente te trate? Eso es tan patético.
—No —respondió Allison.
—Jessa arqueó una ceja—. ¿Pero dejaste que esa mujer te hablara de esa forma?
—¿Qué más puedo decir? Nina estaba equivocada —suspiró Allison—. Habría dicho algo, pero es… es la verdad. Por muy dura que sea, es la verdad.