Semanas antes de la semana de exámenes finales, la mayoría de los estudiantes había estado estudiando sin parar en preparación para su examen final. Todos podían sentir el cambio de atmósfera en la escuela, una mezcla de sentimientos en el aire.
Y ahora, la semana de exámenes finalmente llegaba, estuvieran o no preparados para ello.
Atlas se sentó en su respectivo lugar, su expresión más fiera que nunca. Esta semana decidiría... el destino del dinero de Penny. Cerró los ojos e intentó mantener su mente libre de pensamientos innecesarios. Sin embargo, justo cuando lo hizo, la voz de Theo resonó desde algún lugar cercano.
—Bueno, Atlas.
Atlas no quería abrir los ojos y contaminar su concentración. Pero, sintiendo la presencia del chico a su lado, un suspiro superficial se escapó de él y abrió los ojos a regañadientes.
Theo sonrió, observando cómo se abrían los ojos de Atlas. —Veo que te estás tomando esto muy en serio.
—¿Acaso tú no? —preguntó Atlas.