A veces, la persona por la que recibirías una bala resulta ser quien la dispara.
De camino a la oficina del director, Patricia mantenía la barbilla levantada con el rostro en modo de batalla. Estaba lista para enfrentarse a esas chicas por haber incriminado a Nina en algo que ella nunca haría. Patricia podía ser muchas cosas, pero también era muy leal.
Ella creía en Nina. Creía en su mejor amiga. ¡Lo que acusaban a Nina de hacer era ridículo! Pero al llegar a la oficina del director, esto fue lo que escucharon justo cuando la Señorita Sandford abrió la puerta.
—¡Mi amiga Patricia lo tomó prestado de mí! Ella y Penny no se llevaban bien. ¡Pueden preguntar a nuestros compañeros si quieren! Ellos sabrían que hubo una situación que involucraba a ambas!
La mirada feroz en el rostro de Patricia se endureció mientras sus pasos se ralentizaban.
¿Eh?