El día siguiente llegó y Penny despertó a su hora habitual. Sentándose, un corto zumbido se le escapó y se dio cuenta de que no estaba en su habitación.
—¿Dónde...? —Penny miró hacia su derecha y luego a su izquierda. Parpadeó un par de veces antes de que sus ojos redondos se abrieran más. —¿Por qué estoy durmiendo entre ellos?
Penny se quedó congelada de horror, mirando a Allison y luego a Charles. Cuando posó su mirada en los colchones en el suelo, vio a Slater abrazando su almohada. Hugo estaba durmiendo boca arriba sin moverse un centímetro. Atlas dormía de lado, pero sorprendentemente, no estaba roncando.
Para ella, esa visión era una abominación.
Penny se dio unas palmadas en las mejillas suavemente, tratando de despertarse. ¿Cómo podía su familia dormir en la sala familiar? Podría entender si Allison y Charles durmieran con ella porque siempre trataban a sus hijos como bebés. Pero ¿sus hermanos? ¡Especialmente Atlas. Imposible!