Jueves llegó una vez más sin contratiempos. Penny comenzó su día normalmente, pero por alguna razón, no podía dejar de notar que todos en la Mansión Bennet estaban extraños.
Todos parecían ser excesivamente amables con ella. No era que no fueran amables con Penny, pero su amabilidad tenía este distintivo sentimiento que Penny no podía ignorar.
Ella le preguntó al Mayordomo Jen —pero Mayordomo Jen solo dijo:
— Es un buen día.
Y así Penny no le dio más vueltas y se metió en la camioneta escolar.
En su camino a la escuela, Penny se quedó paralizada en su asiento.
«¿Por qué siento que estoy en peligro?», se preguntó mientras miraba disimuladamente a sus hermanos. Cuando lo hizo, Slater miraba hacia otro lado mientras que Atlas estaba leyendo un libro. Hugo, por otro lado, solo estaba mirando por la ventana.
«¿Me lo imaginé?», se preguntó. «Pensé que me estaban mirando».
