—Eh, Penny.
Penny levantó la mirada hacia la presidenta de clase e inclinó la cabeza.
—Gracias por antes y lo siento por no haber podido detenerlos —la presidenta de clase le ofreció a Penny una sonrisa—. Su sonrisa se quebró un poco al pensar lo que podría haber pasado si Penny se metía en problemas.
Ella era la presidenta de clase, y sabía que debería haber hecho algo. Sin embargo, no solo dudó un segundo, sino que sus oficiales e incluso Penny la salvaron de la ira de los fans de Ray.
—¡Está bien, Presidenta! —Penny la tranquilizó—. No es tu culpa. Quiero decir, sabía que lo intentaste, y eso es suficiente para mí.
Pero eso no se sentía suficiente para la presidenta de clase.
—Lily —dijo la presidenta de clase con una sonrisa sutil—. Llámame Lily.
Penny no respondió, solo sonrió.
—De todos modos, ¿quieres comer bocadillos juntas? —Lily ofreció—. Traje algunos bocadillos de Alemania. Tal vez quieras probarlos.
