Si Penny estuviera bebiendo agua, ya la habría escupido. Si estuviera comiendo, se habría atragantado.
—¿Penny, puedo cortejarte?
¿De dónde diablos vino esa pregunta?
La boca de Penny se abrió mientras la multitud sentía caer sus mandíbulas al suelo. Por un momento, cada alma presente olvidó cómo respirar mientras intentaban procesar cinco palabras: ¿Penny, puedo cortejarte?
Penny incluso sintió que su ángel guardián tarareaba una canción sagrada para limpiar sus oídos.
Mirando a Ray de pies a cabeza, Penny abrió la boca, pero luego la cerró de nuevo. ¡Este chico claramente tenía alrededor de diecisiete o tal vez dieciocho años! Ella tiene trece. Al menos, eso es lo que decía su acta de nacimiento, ¿pero este cuerpo? ¡Algunos estudiantes de grados superiores querían hacerle cosquillas, confundiéndola con una niña de preescolar!
Pero este chico…
¿No era esto un crimen?
