A lo largo del día, Patricia no volvió a clases sino que se fue a casa temprano para descansar. Penny ya lo esperaba, así que no se detuvo en eso. En cambio, Penny se concentró en la tarea del día.
Extrañamente, sus compañeros de clase estuvieron más dispuestos a hablar sobre ella. Algunos se le acercaron durante el recreo, preguntándole si quería unirse a ellos. Lo mismo durante el almuerzo y la siesta de la tarde. Penny tuvo que usar todas las excusas que pudo para rechazar la invitación. Afortunadamente, parecía que no se lo tomaron a pecho.
Cuando las clases terminaron, Penny ordenó perezosamente sus cosas en sus cajones y su bolso. Dejó que otros estudiantes salieran primero porque era pequeña y no quería abrirse paso entre la multitud. Mientras lo hacía, notó una figura de pie frente a su escritorio.
—¿Hmm? —un murmullo escapó de ella mientras miraba a la persona. Profundas líneas aparecieron entre las cejas de Penny cuando vio a Ginnie—. ¿Ginnie?