Cuando llegaron a casa, el Mayordomo Jen los recibió como parte de su rutina.
—Ya estamos en casa —anunció Atlas con desgano, observando cómo sus padres giraban la cabeza en la entrada.
Allison y Charles se miraron sorprendidos. Era raro que Atlas anunciara que habían llegado a casa. Usualmente era Slater o Nina.
—Niños, ¿cómo estuvo la escuela? —Allison caminó hasta encontrarse con ellos a mitad de camino.
—Bien —respondió Atlas con el mismo tono lánguido, pero esto sorprendió aún más a la pareja.
—¿Parece que mi hijo mayor está de buen humor? —Charles no pudo evitar señalarlo.
Aunque el tono de Atlas no denotaba interés ni emoción, usualmente no respondía rápido. O cuando estaba recitando una solución matemática en su cabeza, no respondía en absoluto.
—¡Mamá! —Slater se acercó felizmente a su madre, pero esta vez, no la abrazó—. La escuela estuvo bien hoy.
—¿Ah sí?