Durante la comida, Haines y Charles no podían contener su emoción. Penny pensó que, ya que ella lo había restado importancia con indiferencia, lo dejarían pasar.
Por lo general, a Allison no le gustaba este tipo de conversaciones en la mesa, pero esta vez hizo una excepción. Esto también la hizo sentirse orgullosa de Penny. El resto de los niños tuvo que escuchar, aunque a los mayores no les faltaron ganas de preguntar, ya que esto despertó su intriga.
La única que no estaba contenta con esto era Penny... y Nina. Era difícil hacer oídos sordos cuando casi gritaban sobre ello frente a su oído. ¡Si Penny hubiera sabido esto, habría sido más discreta!
¿Por qué era Nina tan entrometida?!
Nina tampoco estaba contenta con cómo resultaron las cosas. Estaba tratando de poner a Penny en una posición difícil, pero solo terminó con que todos la alabaran hasta el cielo.
Después del desayuno, Haines le mostró a Charles los archivos que Penny había hecho la noche anterior.