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Después de que el taller de papel abrió oficialmente, la librería pudo comenzar a vender papel formalmente.
Ruo Xuan envió al Maestro Liu de vuelta a la Academia y luego siguió a su padre y a su segundo tío a la librería.
Ella quería ver la situación con el nuevo papel en los estantes.
En la tarde, mientras el sol inclinado se filtraba a través de la ventana, ella se sentaba en un taburete alto especialmente hecho por Ruo He, su cabeza apoyada en el mostrador, tomando el sol con los ojos medio cerrados mientras cultivaba, todo el tiempo esperando que llegasen los clientes.
En ese momento, no había ni un solo cliente en la librería, y estaba muy tranquila. Solo el Tendero Liu estaba cuidadosamente organizando los libros en los estantes, comprobando si algún cliente los había colocado fuera de lugar.
No fue hasta que el sol comenzó a desvanecerse y la luz de la librería se atenuó, que era la hora en la que la Academia terminaba, que un erudito entró apresuradamente.
