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El Maestro Han y la anciana de la Familia Xuanyuan estaban ansiosos por saber si de verdad se podían cultivar los hongos.
Al día siguiente, trajeron gente y, siguiendo las instrucciones de Ruo Xuan, comenzaron a construir una casa de hongos en la montaña.
El Encargado Gu lideró un grupo hacia Ruo Xuan y les dijo —Todos ustedes sigan los arreglos de la Dama Xuanbao. Para esa casa de hongos, constrúyanla exactamente como ella dice.
—Sí —respondió alegremente el hombre de mediana edad que lideraba el grupo.
Miró a Ruo Xuan, dándose cuenta de que iba a construir una casa de hongos para que una niña jugara.
Se preguntaba si esta joven pertenecía al Palacio Imperial o era la preciada hija de la Residencia del Duque Zhenguo.
No importaba cuál fuera su identidad, mientras ella quisiera una casa de hongos, eso era lo único que importaba.
