A pesar de su enojo y preocupación, se contuvo de actuar impulsivamente. Entendiendo la importancia de mantener la cabeza fría, se enfocó en crear estrategias sobre cómo asistir mejor a su Maestro. Dando vueltas al edificio múltiples veces, examinó meticulosamente cada potencial salida. Sin embargo, era evidente que el enemigo había tomado grandes medidas para sellar cualquier medio de escape para su Maestro.
Su único recurso ahora era utilizar su herramienta de comunicación de emergencia para contactar a sus camaradas en el interior.