Gorrión sabía que no necesitaban estar tan alerta como él, especialmente porque ninguno de los dos podía participar en combate en ese momento. Rosa estaba herida, su respiración se volvía entrecortada conforme el virus comenzaba a infiltrar su cerebro a través del torrente sanguíneo. Gorrión estaba decidido a resolver la situación antes de que Rosa sucumbiera al virus y se convirtiera en un zombi. No podía permitirse desviar su atención del frente, ya que cualquier lapsus en la concentración podía llevar a un ataque inmediato.
Razonó que Rosa podía esperar por el momento, ya que él y el otro chico ahora eran inmunes al virus zombi después de despertar su habilidad. A menos que enfrentaran un ataque tan fatal que causara una muerte instantánea, estaban seguros de su supervivencia. Después de todo, se les había provisto viales de líquido azul y negro para situaciones de grave peligro.