El zombi se mantuvo pegado a sus talones, decidido a no perderla de vista mientras ella sostenía a su padre. Duke, momentáneamente aturdido, se detuvo en seco. Estaba desconcertado por el repentino retiro de Kisha al escuchar su voz y su gesto provocativo de agitar el cadáver para burlarse del zombi.
Duke entendió que Kisha nunca actuaría imprudentemente ni se involucraría en acciones sin sentido, especialmente durante una pelea. Tras ponerse en su lugar, se dio cuenta de que algo andaba muy mal con el zombi, lo que lo llevaba a comportarse de manera inusual y fuera de su carácter.
Típicamente, si Kisha enfrentaba a un oponente más débil, lo eliminaría rápidamente para evitar complicaciones futuras. Por el contrario, si el oponente era más fuerte, desplegaría todos los recursos disponibles para enfrentar la amenaza en lugar de retirarse sola.