Duke sonrió torpemente a Kisha, fingiendo inocencia —Solo te estaba esperando aquí, cariño. Pensé que podrías necesitar algo de ayuda —dijo, luciendo su sonrisa más encantadora y mostrando sus dientes perlados.
Kisha supo inmediatamente que Duke tramaba algo. Siempre actuaba así cuando se sentía culpable o travieso, generalmente planeando algo que la pondría en una situación difícil o le haría una broma.
A diferencia de antes, cuando se quedaba sin manera de contraatacar porque él siempre estaba un paso adelante y bien preparado para sus reacciones, ahora creía que tenía cierta influencia sobre él —Bueno, un buen esposo sabe cómo escuchar a su esposa, a menos que... —Kisha dejó la frase en el aire, caminando de vuelta al baño con una amplia sonrisa.