Aun sintiendo un pequeño remordimiento por sus palabras, ya era demasiado tarde: Duke había aceptado el desafío y lo anticipaba con entusiasmo.
—Esposa, tú misma lo dijiste. Más te vale prepararte bien —Duke sonrió con picardía mientras la abrazaba más fuerte, envolviéndola completamente. En su cercanía, Kisha podía sentir su excitación, su cálido miembro presionando contra su espalda.
Kisha sentía una inquietud, percibiendo que podría estar preparándose para una situación de la que no podría escapar una vez que Duke fijara su mirada en ella. Tragó saliva, sintiendo un nudo en la garganta, su corazón palpitaba y parecía anclado en su pecho.
Duke podía sentir cómo el cuerpo de Kisha se tensaba y su corazón latía aceleradamente, pero solo aumentaba su anticipación y emoción. Había esperado esta oportunidad durante mucho tiempo, y solo él sabía el esfuerzo que le costaba contenerse cuando estaba cerca de ella.