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Gorrión y Buitre observaban en silencio mientras la pareja mostraba abiertamente afecto frente a ellos. Inicialmente lo encontraban entrañable, pero su sentimiento cambió, sintiéndose como si a regañadientes consumieran comida para perros. La comida les carecía de sabor, en marcado contraste con el apetito voraz de Duke. Él comía con gusto, saboreando cada plato que Kisha le ponía delante, su rostro se iluminaba de alegría.
Al observar el evidente disfrute de Duke con la comida, Kisha se sintió obligada a seguir alimentándolo, resultando en que Duke consumiera cuatro grandes tazones de arroz. Sin embargo, Duke correspondió el gesto, asegurándose de que Kisha también recibiera los platos que disfrutaba.