—En solo tres horas y media, Kisha y su grupo llegaron a la Puerta 2 —la zona estaba sembrada de cadáveres de zombis, y los ecos de los disparos todavía resonaban en el aire. El humo se elevaba tanto del interior como del exterior del refugio, indicando esfuerzos continuos para manejar los cuerpos y prevenir la propagación de cualquier plaga potencial. Kisha adivinó que estaban quemando los cuerpos para contener cualquier brote potencial.