—Después de eliminar al último zombi en este piso, ¡tomemos un descanso y comamos algo! —gritó Kisha, su voz resonando a través del grupo exhausto. Ella misma jadeaba por el esfuerzo, dándose cuenta de que seguir adelante en su estado actual solo llevaría al desastre. La perspectiva de encontrar una horda mientras todos estaban fatigados era desalentadora, subrayando la importancia de descansar y reponer sus energías.
La señora Winters se encontró apenas capaz de mover un músculo después de correr continuamente y manipular su habilidad. Sin el apoyo de su esposo, podría haber colapsado, lo que potencialmente llevaría a un accidente significativo para el grupo.