De camino a la escuela después de salir de casa de Yura, recibió una llamada de su esposo. Lo estaba esperando y le sorprendió que hubiera tardado tanto en llamar pacientemente.
—Cariño Zhang —dijo suavemente al contestar.
No era porque intentara sonar dulce y encantadora, sino porque no quería ser innecesariamente ruidosa.
—¿Qué pasó? ¿Estás segura? —exclamó él ansiosamente.
—Estoy bien, estoy segura de que tú también lo sabes, de lo contrario no estarías llamando justo ahora. Bi Cang ya le informó a Mo Sen que hemos dejado la casa de tu madre.
—Incorrecto —respondió él.
—Hmm —contestó ella.
—Mi madre me llamó en el momento en que saliste de su casa. Ya está entusiasmada con los perros y Zhang An ha compartido una foto de ellos en el weibo de Majestad. Debes disfrutar dando animales vivos como regalos —comentó él.