Después de cenar, Alix despidió a sus padres. Se sorprendió gratamente al escuchar de la niñera Luo que los chicos estaban ayudando a la niñera Wang a lavar los platos.
Se unió a ellos en la cocina y los observó con ojos de madre embobada, una sonrisa orgullosa en su rostro.
—Son buenos chicos. —le susurró la niñera Luo.
Alix asintió. Realmente parecían ser buenos chicos.
—Hermana, ¿puede Jiaan quedarse a dormir la próxima vez? —le preguntó Yuewei cuando estaban terminando.
—Por supuesto. —Asintió. De hecho, se sorprendió de que hubiera ido de buena gana con los Tai. —Todos mis hermanos son bienvenidos a quedarse a dormir cualquier día que deseen. ¿Necesitan que los arrope?
Los chicos negaron con la cabeza, rechazando su oferta con bastante firmeza.
—No somos bebés. —dijo Yuewei.
Se frotó las manos y sonrió astutamente. —Está bien, no los arroparé pero igual les daré un beso de buenas noches a todos así que alinéense y recíbanlo. Ni siquiera me rechacen porque no es opcional.