Lo había firmado...
La expresión del Anciano Qi cambió dramáticamente, sus manos temblaban.
—¡Si Fuqing realmente había logrado asegurar la inversión del Grupo RS!
Juntos, él y Pei Xu poseían un sólido 30% de las acciones, todas las cuales serían ahora transferidas a Pei Yan, haciéndolo la única autoridad en la Corporación Pei.
—Está bien, el asunto está resuelto. Regresaré al trabajo —se levantó Si Fuqing—. Hay un dicho sobre el ternero sin miedo, pero recuerda
—Miró a Pei Xu y al Anciano Qi, sonriendo levemente—, un toro adulto todavía teme al lobo.
Con estas palabras, la respiración del Anciano Qi se volvió trabajosa, sus ojos se revolvieron hacia atrás en shock.
—Oh, cierto, solo estaba bromeando —Si Fuqing se giró nuevamente, sus cejas levantadas—. La familia Zuo me dio 2 mil millones, pero ya lo he donado.
Pei Xu volvió a la realidad, estallando en furia, —¡Tú!
Si Fuqing ya se había alejado, dejando solo su figura retirándose.