Dos chicas emergieron.
—Fuqing, Changning, acaban de llegar —dijo una de las chicas con una sonrisa forzada, apenas ocultando su insinceridad—. ¿Han comido? El bufé del hotel ya cerró, pero nosotras, como ídolos, deberíamos mantener nuestra figura y no comer demasiado de todos modos.
Si Fuqing arrastró su maleta hacia la habitación, sin siquiera mirarla—. Si no puedes sonreír de verdad, no te molestes. Tu implante se está deslizando.
La cara de la chica se puso verde de vergüenza.
—Si Fuqing, ¿qué manera es esa de hablar? —otra miembro del grupo de chicas lanzó enojada una bolsa de basura al suelo—. ¿Crees que solo porque has ganado un poco de popularidad, puedes ser tan arrogante? ¡Hermana Xue ha conseguido tantos patrocinios de primera clase y no es ni la mitad de pretenciosa que tú!
—No solo soy pretenciosa, sino que también puedo llegar a lo físico —advirtió Si Fuqing, tocando su rostro suavemente—. Compórtate.
Con un fuerte "bang", la puerta se cerró.
